MCB

Siempre me ha encantado guardar cosas por lo que a día de hoy considero que mi patrimonio personal está compuesto por muchos recuerdos que me trasladan a momentos concretos; a personas especiales.

En este caso. cuando tuve que pensar en algo de valor para mí, se me vino esta imagen a la cabeza. Este cuadro fue pintado por mi abuela a la que quiero y adoro con toda mi alma al igual que al resto de mi familia.

Lo tengo en alta estima porque siempre me ha encantado dibujar y una de las muchas tardes de domingo que pasaba con mis primos en casa de mi abuela decidimos ponernos a pintar. Mis primos siempre han sido grandes artistas, personas muy creativas y yo siempre intentaba copiarles esperando que algún día el resto de familiares se fijaran en las cosas que hacía bien.

Quise copiar el cuadro de mi abuela por lo que moví cielo y tierra para descolgarlo de la pared y llevármelo a una habitación. Pasé una tarde entera pintándolo en una lámina con pinturas de cera y en cuanto acabé fui corriendo a enseñárselo a todos. Mis abuelos se pusieron tan contentos que desde ese día le tienen colgado junto a otros cuadros de mis primos en su comedor.

Para mí esta historia simboliza lo importante que es poder expresarse a través del arte y sentir que el resto de personas te entienden y lo aprecian.

Sapere Aude

En esta imagen muestro una parte de mi Patrimonio. Esta colección de literatura española e internacional, tiene para mi un valor más allá del punto de vista material, es la herencia de mi abuelo Antonio, quien falleció antes de que yo naciera. Debido a ello, no pude conocerlo, pero analizando los distintos ejemplares de la colección, he podido saber de él mucho más de lo que me han contado el resto de familiares que tuvieron la suerte de conocerle.

Mi abuelo pese a ser carpintero, dedicado a su profesión desde los 12 años, ha dejado como seña de identidad, una demostración de lo que bajo mi punto de vista, deben tener todos los maestros: la capacidad de «aprender a aprender». En esta colección, se pueden encontrar títulos que se corresponden con toda clase de géneros y temáticas. Pero sobre todo, la mayor parte de la colección se basa en política, abierta a las distintas ideologías y pensamientos.

A su vez, también destacan los temas bélicos, muestra de la huella que dejó en él la Guerra Civil Española, de la cual fue participe, o la posterior II Guerra Mundial. También aparece la medicina, con vastos manuales que versan sobre la enfermedad que se lo llevó, y a la que hizo frente, no estando ignorante de la misma, sino conociendo a este enemigo al que se enfrentó y por el que fue vencido.

Por tanto, este hecho de búsqueda constante del saber, me inspira y demuestra una gran inteligencia, lo cual no hace más que contagiarme y aumentando mi deseo de seguir conociéndole con cada ejemplar que desempolvo de la estantería, y por ello, mantener vivo su deseo en forma de herencia, la del deseo del conocimiento.

Susana SJ

El objeto patrimonial personal que he elegido son unos pendientes que eran de mi abuela. A los tres meses de nacer yo, mi abuela murió por lo que no llegue a conocerla.

Mi madre siempre me cuenta que cuando yo era un bebe y mi abuela estaba enferma y débil tenía miedo de cogerme en brazos porque no quería caerme, pero mi madre la sentaba en el sofá y la ayudaba para que pudiese sostenerme en brazos, en ese momento a mi abuela, a pesar de su enfermedad y de todo lo que estaba pasando, se la iluminaba la cara y se podía ver lo feliz que la hacía poder tenerme en brazos.

Cuando crecí mi madre me dio estos pendientes que eran de mi abuela y desde entonces los guardo como oro en paño porque para mí son como estar un poco más cerca de ella. Siempre me cuentan cosas buenas de mi abuela y me habría encantado conocerla y haber podido disfrutar de ella.

MC

Este es mi patrimonio, algo que sino todo, casi todo sabe de mi. Algo que por nada en el mundo querría perder, ¿por qué? Porque tiene dentro de él mi vida en imágenes, en vídeos, en escritos cuando necesitaba desahogarme, en personas que están, en personas que ya no están y que me hacen falta día tras día… He aquí mi patrimonio, mi vida dentro de un disco duro.

Ñaja 2018

En la imagen aparece una bolsita y un frasco de colonia, fue el último regalo de mi abuela. Las navidades del 2017 como todos los años íbamos a su casa a celebrarlo y en reyes, como solo las abuelas saben me dio el dinero pero además me dio esto. Ella ya estaba muy malita y me lo puso en la mano y me dijo para que siempre te acuerdes de mí.

Por desgracia fue el último regalo, debido a que nos dejó las navidades del año siguiente. Sé que me lo dio porque estaba orgullosa de mí y lo llevare conmigo este regalo al fin del mundo si hiciera falta.

CPS

Este objeto, una sortija con forma de rosa, no tiene un gran valor intrínseco si no fuera por lo que representa, que no es otra cosa que la amistad. Cuando una persona de tu edad con la que has mantenido una relación desde hace ya varios años se marcha de vacaciones lejos a ver cosas interesantes con su familia y cuando regresa te lo trae como un detalle, para mí significa que te ha echado de menos y que la hubiese gustado tu compañía en ese viaje y, además, que te aprecia como amiga, ya que alguien para el que le eres indiferente no muestra generalmente este tipo de detalles.

En mi opinión, los regalos reflejan en gran medida la personalidad de quien los hace y este, en concreto, es algo muy personal y que tiene una gran carga simbólica. La rosa es naturaleza y sencillez y así es la persona que me la compró: natural, sencilla, alegre y generosa.

Para mí, este objeto, esta sortija tan original, es un bonito símbolo de amistad, de la amistad verdadera, totalmente desinteresada y es por ello que, cada vez que me la pongo, me acuerdo de esa persona con cariño porque ella se lo merece. Y es que estoy totalmente de acuerdo con esa persona que afirmó una vez “quien tiene un amigo, tiene un tesoro”.

En verdad creo que hay pocas cosas tan hermosas como la amistad verdadera.

La paya

Cuando era pequeño y comenzaba a andar, me encantaban todos los dibujos en los que había luchas con espadas. Mientras mi madre cocinaba, yo solía coger un tenedor de madera (regalo de mis tíos de Ecuador) y me dedicaba a jugar con él, luchando como si fuese un guerrero con su espada. Era tal mi obsesión por este objeto que iba con él a todos los sitios (sentía que me protegía de todos los males).

Un día que habíamos ido a comprar a un supermercado, al pagar en la caja, la cajera le dijo a mi madre que faltaba de pagar una cosa. En ese momento, mi madre se quedó pensando qué podría ser. La cajera señaló un trozo de madera que sobresalía del bolsillo de mi pantalón.

Mi madre me miró y comenzó a reírse. Sacó mi “espada mágica”, (“La paya”, tal y como yo la llamaba con mi lengua de trapo), y tuvo que decir a la cajera que no había forma de quitármelo, pero que se podía ver que no era nuevo y que como se podía ver estaba bien usado y sobado de tanto uso. Toda la gente de la cola se echó a reír y hubo quien incluso quería comprarme una “espada” nueva, pero yo solo quería mi “paya”.

Para mi este objeto todavía sigue teniendo un gran valor.

Un cuaderno

Un cuaderno. Para mí no es un cuaderno cualquiera. Mi cuaderno encierra historias, encierra secretos, encierra momentos. Momentos felices, momentos tristes; momentos. Mis pensamientos son escritos, porque no quiero olvidarlos. Porque a veces no hay palabras que expresen mis sentimientos. O a veces las hay pero no puedes pronunciarlas. Porque a veces quiero hablar sin que nadie me oiga, o llorar a voces, y de esta forma puedo. Por eso este cuaderno para mi es tan importante.

Rocío

Es muy difícil decantarme por un solo patrimonio pero si me preguntan ¿Cuál es tú patrimonio más reciente?: Mencionaría la palabra Búho.

En 2017 finalicé el grado de Educación Infantil, me hacía ilusión realizar el acto de la graduación y una vez finalizado el acto, mi familia y yo nos fuimos a comer a un restaurante muy famoso. Mientras esperábamos la cena mis padres me regalaron el aro de la Pandora y mi novio me regaló el charm del Búho de la graduación.

En verano realicé un viaje a las Islas Cíes, la pandora se me abrió y perdí el recuerdo que tenía de él.

La piedra que brilla

Uno de los objetos más preciados que tengo se podría decir que es “la piedra que brilla”.

Cuando yo era pequeña, hace más de diez años, vivía en Zamora por asuntos de trabajo de mis padres. Sólo venía a Valladolid algunos fines de semana a ver a mis abuelos, tíos y primos. Un día estaba en casa de mi abuela Marina (la madre de mi madre), y recuerdo que en esa época había fallecido mi abuelo, que era el marido de mi abuela, entonces íbamos más a Valladolid.

Ese día, mientras mi abuela hacía la comida, estaba yo en su habitación y abrí un cajón de la mesilla de noche; en esa mesilla había una caja de metal pequeña oxidada y decidí abrirla para ver qué contenía. Para mi sorpresa, la caja de metal contenía algunas cartas arrugadas, una pelota de golf y una piedra. Lo que más me llamó la atención fue la piedra ya que era blanca como la nieve, redonda y brillaba cuando la ponías a la luz.

Recuerdo que fui corriendo a la cocina y le pregunté a mi abuela si me la podía regalar y me contestó que no un poco enfadada por rebuscar en sus cosas. Al poco tiempo, se sentó conmigo en el sofá y me dijo que un día mi abuelo se la había encontrado mientras paseaban juntos por la playa y que se la había regalado él. Cuando lo supe, la guardé en su sitio y cada vez que iba a Valladolid, iba a verla de lo bonita que era y mi abuela me dejaba jugar con ella.

Pasó el tiempo y mi abuela falleció también a los cinco o seis años. En esa época yo ya vivía en Valladolid y recuerdo ir a la habitación de mi abuela mientras mi madre y mis tíos recogían toda la casa de mi abuela para tirar lo que ya no servía, y ver a mi tío coger la caja de metal e ir yo a por ella y decirle que me la quería quedar.

Desde ese momento tengo yo la caja con la pelota y la piedra en mi habitación, para recordarla todos los días. Es algo muy interesante, ya que soy la única de mi familia que sabe la historia de esa piedra y es importante para mí, ya que es algo entre mi abuela y yo.

¿Dónde están mis pirámides?

Estando en mis épocas de estudio en el Liceo Departamental Gilberto Álzate Avendaño Segunda Agrupación me llego la oportunidad de alfabetizar en los meses de noviembre y diciembre con la Secretaria de Tránsito. Allí nos capacitaron y salimos a las calles que nos asignaban cada día para poder hacer nuestra campaña de formación ciudadana al peatón y al conductor sobre el buen uso de las cebras. Me sentí orgulloso de esa experiencia y no se alcanzan a imaginar los aprendizajes que tuve cuando vi y percibí el mundo de otra manera, ya que era un joven tímido y de pocos amigos, encerrado en mi casa.

Posteriormente, después de todo el proceso de formación universitaria resulté siendo maestro sin proponérmelo pero que en mi perfil ya se veía como una vocación complementaria no ajena a la que me formé. Por razones del destino me nombraron en la Institución Educativa Julio Cesar García al norte de la ciudad de Medellín y allí fui feliz, porque desplegué todas mis potencialidades e impacté a toda una comunidad. El Rector me asignó junto a otro compañero, el proyecto de seguridad vial.

¡Qué stress! Yo no sabía en qué consistía ese proyecto, pero después de un mes asumimos con propiedad el reto del proyecto y la única manera era ir a la fuente ya que no había evidencia de un proyecto con este nombre ni en internet ni mucho menos sistematizado que nos ayudara (con esta asignación es la segunda oportunidad que la vida me conecta con la Secretaria de Transito) Y me fui a hablar con la encargada de educación en la Secretaria de Tránsito que se llama A. R. Esa mujer volaba en su tarea ya que le apasionaba lo que hacía y eso me enamoró del proyecto; y me ayudó a crearlo y fundamentarlo como tal.

Así fue como fui el primer docente en crear el proyecto de Seguridad Vial en Colombia, proyecto sistematizado y en ejecución en el ámbito escolar. Me visitó el gerente de FONPREVIAL y estuvo Telemedellin mirando todo mi trabajo, en el que en menos de un año ya disponía de juegos didácticos de calle y señales de tránsito elaborados por los estudiantes en las clases y cada uno tenía que saber su importancia y significado; recuerdo que todo el espacio escolar simulaba el entorno de la complejidad de movilización de una ciudad; es así que durante varios días nos quedamos toda la noche algunos estudiantes de último año y yo amaneciendo en el colegio haciendo la señalización con contac amarillo y blanco.

Cuando los funcionarios de la Secretaria de Transito se dieron cuenta de esto, ellos mismos nos dieron la pintura propia que se utilizaba para las vías públicas justo para que la señalización de los corredores de la I. E. nos quedara similar como si fueran vías y hasta una glorieta habíamos organizado al ingresar al Colegio de tal manera que ayudara a la movilización. Cuando era el momento de presentar el proyecto como una experiencia significativa, una funcionaria de FONPREVIAL me roba el proyecto y se lo da a otro Colegio del Municipio de Itagüí. Asistí posteriormente en varios foros, seminarios y Congresos de Seguridad Vial en la ciudad. (continuó mi contacto con la Secretaria de Transito).

Justo cuando me encontraba realizando este proyecto, al Alcalde de la ciudad le dio por comenzar un estudio de accidentalidad en la avenida oriental, y durante un tiempo más o menos largo se ubicaron jóvenes a lado y lado de la avenida oriental y ellos escribían en una planilla el tipo de persona que se atravesaba la vía fuera de las cebras; paralelamente a esto, para crear conciencia se utilizaron las estrellas negras en el lugar donde habían sido atropelladas y moría alguna persona.

A raíz de todo este estudio se tomó la decisión de tomar cartas en el asunto e intervenir la vía, es por esto que salió en esos días a licitación pública la elaboración de lo que conocimos como “las pirámides”, que al ejemplo de una ciudad de México que ya la había implementado y tenían un gran valor arquitectónico y artístico, que nos ponía a la vanguardia de muchas ciudades europeas.

Con ellas nos quitábamos también una situación de tipo social en la que se mostraba una ciudad donde imperaban los pordioseros y gamines que dormían y hacían sus necesidades en el separador de la avenida oriental; hubo posteriormente mucho rechazo en la ciudad por las “pirámides” porque justamente la empresa de ingenieros que ganó dicha licitación era de la familia del Alcalde y cuyo valor era de mil millones de pesos la contratación y que por cierto fue el último contrato de su administración.

Cuando las construyeron; las pirámides cambiaron significativamente el aspecto de la ciudad, ella se convirtió en una ciudad progresista, dinámica y a la vanguardia con los diseños urbanísticos de ciudad, donde las pirámides pasaron a ser en su conjunto el complemento artístico de una obra de arte hecha con el mismo material ubicada en la fachada de la Clínica SOMA ubicada en la playa con la oriental, por lo tanto era una sola obra de arte regada por varias calles de la ciudad, que nos educó a pasar por las cebras ubicadas junto al semáforo; y eso era lo que nosotros como maestros enseñábamos en la escuela cuando hablábamos de ellas.

Ya hacían parte del diseño paisajista de la ciudad de Medellín, aunque algunos taxistas no sabían para que habían sido diseñadas y cuál era el sentido, y solo se quedaron con la idea de que fue un acto de corrupción y despilfarro y todos ellos hablaban negativamente en forma reiterada a los turistas y a los propios ciudadanos que por asuntos de la guerra política entre bandos liberales, conservadores y otras fuerzas políticas por el poder poder, no le dieron el valor a lo más importante, pero sí a lo trivial, al final fue una administración que se dedicó a educar a los ciudadanos. El propósito en realidad era otro, ya que por los días de su construcción rondaba en el aire aquel concepto de la ciudad educadora

¡Qué maravillosa oportunidad era la de recorrer el centro de la ciudad sabiendo que toda ella me está formando! Hoy mi ciudad ha cometido el acto de barbarie más grande al PATRIMONIO material, artístico, simbólico e identitario, vinculante y espiritual; donde la ciudad misma con las más de 500 esculturas en los diferentes lugares de la ciudad había volcado el museo al ámbito urbano, que no requería de presupuesto anual para su sostenimiento y en su lugar poner un jardín que igual se hubiera podido diseñar en los andenes aledaños y que si requieren de adicionar un presupuesto para su mantenimiento, solo por el pretexto de estar pasando la ciudad por una situación de crisis atmosférica debido a la contaminación producida por los vehículos y la empresa de uno de los más ilustres Ediles de nuestra ciudad.

Con tristeza hoy me pregunto ¿Dónde están mis pirámides?, ¿dónde está el arte?, ¿dónde están los artistas? y ¿dónde los eruditos intelectuales, que se les dio como si nada, la destrucción de las mismas? Hoy, cuando me preparo en el exterior y aprendo a valorar dichas obras, lamento esta gran pérdida. ¿DÓNDE ESTAN MIS PIRAMIDES?, ¿QUÉ LE PASO A LA CIUDAD? ¿DÓNDE ESTÁN LAS COSAS REPRESENTATIVAS QUE IDENTIFICABAN LA CIUDAD?solo están en el recuerdo de las personas que por su ignorancia no saben leer los entornos; hoy, lamentablemente, son un fantasma de la arquitectura; solo es quitar y poner una cosa, le quitaron el valor a la cosa que preservaba la vida humana de un incidente de tránsito; recuerdo que le pasó lo mismo que a lo que solo hoy algunos recuerdan en Medellín que era la fachada del Teatro Junín, hoy edificio Coltejer, o como también la fachada de la otrora y famosa Farmacia Pasteur, que hoy no existen, pero cuando se observan en los libros sus fotografías se preguntan ¿Cómo fueron capaces de destruir una cosa tan hermosa?

Un viaje llamado vida

Esta foto es mi patrimonio personal y representa Tricase Porto, el pueblo del sur de Italia donde viví durante mi infancia. Solía ir a la playa andando porqué está a 3 minutos de casa de mi abuela y antes de llegar puedes ver todo un cacho de cuesta.

Tengo una familia muy internacional y me encanta viajar, conocer culturas y ser una ciudadana del mundo. Dada lugar del mundo tiene sus bellezas y maravillas, pero, el lugar donde viviste tu infancia, se queda pegado en tu memoria para siempre y tiene un valor especial en tus recuerdos.

Esta foto me recuerda todos los veranos pasados al mar, a mi familia, a los amigos y el calor de mi querido sol, evoca el ruido de las olas y el sabor fresco del agua, me lleva a la memoria la arena entre los dedos, los barcos y la orilla del mar. Todos los domingos y los veranos, todas las veces que estaba feliz o que estaba triste, todos los momentos libres, siempre, yo iba allí, porque, para mi, no hay nada más bello y relajante.

Era mi lugar seguro y mi rincón tranquilo; el mar lo ahoga todo, los pensamientos se pierden en el horizonte infinito, la mente se libre y se vacía, el corazón se llena de belleza. ¿

Qué sería mi juventud sin este paisaje y sin el mar? El hogar es donde se encuentra nuestro corazón, y un cacho de mi corazón se quedará para siempre allí siempre, mi alma permanece a mirar las olas y a oler la salinidad del mar con el viento en el pelo y la humedad encima de mi piel. Me gustaría concluir con una citación de una de los escritoras favoritas: Banana Yoshimoto.

“En las ciudades sin Mar… quién sabe a quién se dirige a la gente para recuperar su equilibrio… quizá a la Luna…”

Por Anónimo.

CRM

Para mí, uno de los bienes más preciados que tengo es esta medalla que me regaló mi madrina y mi padrino el día de mi bautizo. Como era muy pequeña, yo no recuerdo el momento en el que me lo regalaron, pero cuando hice mi primera comunión me la dio mi madre, y me contó que me la habían regalado mis padrinos. Ellos viven en Sevilla, y el día de mi comunión vinieron a Valladolid para poder para asistir a mi comunión.

Para mí fue muy importante llevarla ese día, ya que sería uno de los pocos días que me verían, pues quería agradecerles ese regalo. A día de hoy, sigue teniendo un importante valor para mí, ya que ellos siguen viviendo en Sevilla y los veo bastante poco, pero cada vez que veo la medalla me acuerdo de ellos.

Parece increíble que una simple medalla, u otro objeto pueda representar tantas cosas, puedan hacerte sentir tantas cosas sin parecerlo. Nuestros bienes más preciados son parte de nuestras vidas, y hay algunos que consiguen marcarnos para siempre, por lo que considero importante conservarlos para así recordar siempre las sensaciones que te transmiten.

Verónica P

“El recuerdo que deja un libro es más importante que el libro mismo”

(Gustavo AdolfoBécquer)

Elvira P

Una bicicleta antigua, de las que no tienen marchas. Con la que subir una cuesta requiere incluso más esfuerzo. Esta bici, me hace sentir libre y despreocuparme de todo cuanto me rodea cada vez que decido perderme por los caminos mientras pedaleo.

Montar en bici siempre ha sido una de mis mayores aficiones. Me relaja y me llena de vida. Me permite estar en contacto con la naturaleza, olvidando por un momento que estamos en el siglo XXI rodeados de edificios, móviles, ruido y estrés, mucho estrés.

En este caso la sensación es todavía más especial. Esta bici era de mi abuelo.

Todavía recuerdo las primeras veces que empecé a coger su bicicleta. Tan solo era una niña y siempre me recordaba que debía tener cuidado. Su sonrisa me decía que le hacía ilusión verme tan entusiasmada con la idea. Al volver, le comentaba emocionada hasta donde había llegado y sorprendiéndose me felicitaba por ello.

Ya no sé contar las veces que he emprendido un pequeño viaje con esta bicicleta. Una bicicleta que, para el resto, tan solo será una más, una bicicleta antigua, de las que no tiene marchas, con la que subir una cuesta requiere incluso más esfuerzo. Pero que, para mí, es la bicicleta más elegante y que más orgullosa me hace sentir.

Tan sólo una bicicleta, pero tantas emociones.

Lucía de M

Para mí la palabra “essenziale” no es una palabra cualquiera. Bajo esta palabra se esconden: sonrisas, llantos, diversión, locuras, fiesta, vacaciones y así podría seguir enunciando infinidad de cosas. Esta palabra decidí tatuármela hace 1 año con mi mejor amiga porque ella para mi es algo esencial por todo lo que he compartido con ella.

Ella me ha enseñado a amar la vida, a saberla disfrutar y lo más importante es que ha estado en mis peores momentos para levantarme. Quiero que el día de mañana, aunque cada una esté en un punto del planeta, sienta que la tengo cerca de mí.

Claudia R

Se trata de una pulsera, pero no una pulsera cualquiera. Un día, cuando tenía 12 años, iba caminando por el centro de la ciudad con mi mejor amiga y su madre, y nos quedamos mirando un escaparate, donde vendían este tipo de pulseras. Su madre nos la regaló, una a cada una.

Después de unos años, al perder relación con esa chica, me la quité. Hace tres años, la madre de esa chica murió, de cáncer, el día de su cumpleaños. Desde ese día retomé la relación con mi amiga. Desde ese día no me quito la pulsera.

Beatriz Soraya

Esta pulsera se la regalaron a mi madre cuando hizo la primera comunión. Cuando yo era pequeña ella me la regaló y desde entonces no me la he quitado nunca. Siempre que la veo me recuerda a ella y siento que la tengo presente en todo momento.

Lidia

Esta foto es el corral de la casa de mis abuelos en Roales de Campos. He elegido esta foto porque voy todos los veranos desde pequeña allí. Es un lugar donde tengo muchos recuerdos bonitos con la familia y amigos. También, me trae muchos recuerdos cada vez que salgo al patio porque a mi abuelo le gustaba mucho hacer figuras con los azulejos para decorarlo y considero que es el mejor corral de mi pueblo.

Paula

He elegido esta imagen sobre la página de un libro de pedagogía que ofrece un elogio a la educación lenta y no violenta. Me parece que este párrafo refleja muy bien mi perspectiva hacia la escuela, mirando a la infancia -con ojos de niño y niña; como dice Frato- escuchando su perspectiva e intereses y respetando su ritmo de aprendizaje.

Nazaret

Esta medalla pertenece a mi Cofradía de Semana Santa de La Bañeza, León. Mantiene un valor simbólico y sentimental para mí, porque la persona que me la regaló es muy importante para mí. Comenzaré contando un poco la historia de la cofradía.

Esta medalla la llevan todos los hermanos de la cofradía, la mayoría han pasado de generación en generación y otros, las han comprado solamente porque forma parte de la indumentaria empleada para las procesiones. En mi caso, es algo muy diferente, yo pertenecía a otra cofradía, pero asistí a esta una vez porque necesitaban gente para poder sacar todas las tallas a la calle el día de la procesión.

Yo, como buena semanasantera, accedí a ayudarles. Una vez allí, me sentí fenomenal por el clima que tenían allí, el ambiente familiar que se respiraba, etc. Desde ese momento empecé a acudir allí los años posteriores. Yo no poseía la medalla porque nadie de mi familia, excepto mi padre hace muchos años, había estado allí (aun así, mi padre se murió cuando yo era muy pequeña, por lo que no recuerdo que sucedió con la medalla).

Hace 2 años, mi novio pasó a formar parte del cabildo de esta cofradía y me regaló su medalla, que llevaba con ella desde que era muy pequeño. Ese gesto para mí significó mucho y desde entonces, esa medalla me ha acompañado en los mejores momentos y más importantes de mi vida https://www. youtube. com/watch?v=9RCgTBF0-rY Esta es una canción que he querido adjuntar, la cual refleja para mí un momento muy importante del cuál, tomé la posesión de esa medalla mientras ocurría un gran acontecimiento en mi pueblo.

Arriba, aparece el link donde se puede escuchar la canción y abajo aparece la letra escrita.

Y amaneciendo por las calles de Triana
a una gitana canastera me encontré
su pelo al viento dibujaba la mañana
y con sus ojos de mis sueños desperté.
Y paseamos de la mano por la cava
y junto al río yo mi amor le declaré
y al ver de cerca su carita tan gitana
allí en Triana para siempre me quedé
y allí en Triana para siempre me quedé

Y en la parroquia de Santa Ana
con mi gitana yo me casé
el día de fiesta en el morapio
con toa mi gente yo me pegué
y ahora yo vivo con la alegría
y no me olvido del amanecer
cuando en las calles de mi Triana
a una gitana canastera me encontré
y a una gitana canastera me encontré.

Marina L

Mi patrimonio no es algo, sino alguien. Cuando era pequeña me tuve que mudar de mi ciudad, hice muchos amigos de los cuales aún mantengo algunos, pero sobre todo a ella.

Era nueva en la ciudad, pero ella se convirtió en mi hermana. Nos pasábamos los días juntas, en clase, en el patio, en el parque, en casa… y una de las cosas que recuerdo que más hacíamos era disfrazarnos. Nos encantaban los disfraces, de cualquier disfraz hacíamos ratos divertidos y nos encantaba escenificar las profesiones.

Por desgracia, nos tuvimos que separar porque me fui de esa ciudad, y aunque ya no vivamos juntas, sigue siendo como hermana, seguimos estando la una para otra. Tal vez porque no haya tenido esos amigos que tiene todo el mundo desde la infancia, ella sea tan importante para mí.

Aroa

Este objeto es una pulsera que me trajeron mis padres cuando estuvieron de vacaciones y es muy importante para mí, siempre la llevo puesta, me recuerda a ellos cuando me voy lejos.

Daniel

Este objeto es un sello y anillo que reglo mi madre a mi padre. Fue uno de los primeros regalos que hizo mi madre, ahorrando y se lo regalo a los 16 años, ya que llevan desde los 14 años juntos y hasta hoy en dia lo llevan conservando hasta ahora que ellos tienen 60 años y me lo regalaron.

Tamara

El campo, las flores, la hierba, el viento. Todas estas cosas me recuerdan a la infancia, concretamente a mi pueblo. El pueblo es uno de los mejores lugares para estar, tienes a tus abuelos, que son lo más importante, las fiestas, el concurso de parchís (siempre perdía, está claro), tus amigos de siempre, los que no van a fallar, etc.

No sé, el pueblo es ese lugar donde no importa lo que uno tenga o lo que no ya que entre todos siempre hay ayuda mutua. Gracias familia por haberme criado en un pueblo.

Andy

Esta púa de guitarra tiene un gran valor sentimental para mí, con ella tocó el guitarrista del grupo “Vendetta” en el primer concierto que vi de ellos.

Para mí este grupo es un referente ya que me siento identificado con sus letras y me ayudan psicológicamente en muchos momentos. Además esta púa adquirió muchísimo más valor para mí cuando el grupo hace unas semanas publicó su retirada el próximo año.

María FF

Mi patrimonio. Nuestro patrimonio

Justo antes de llegar a un pequeño pueblo del sur de León, se encuentra la pequeña orilla del río Órbigo. Viendo esta orilla, mi mente se llena de recuerdos, los rayos del sol en la cara, el olor a hierba mojada, el sonido del agua del río, siempre en movimiento, y los pájaros cantando a nuestro alrededor.

Me acompaña mi compañero, mi abuelo. Con él he pasado las mejores tardes de verano y he aprendiendo a nadar, hemos recorrido todos los caminos y carreteras de los alrededores, comido moras y cazado saltamontes. Mucho antes de que yo naciera, él se iba a bañar después de un duro día de trabajo en el campo. Por ello, no puedo decir que sea mi patrimonio, más bien, que él compartió el suyo conmigo.

Cuando vuelvo a esta orilla y me siento a mirar como el agua sigue su rumbo, sin que nadie la pueda detener, me invade una sensación de paz, de tranquilidad y de cariño, como si en ese lugar nada malo pudiera pasar.

Irene VM

Puede resultar extraño o curioso, pero cada vez que visito un lugar costero no puedo marcharme de allí sin antes llevarme un poquito de su esencia. Siempre he sido una apasionada del mar, de su aroma, de su amplitud, de su magnetismo…

¿Quién no se ha quedado embobado mirando al mar desde la playa? Cada una de estas pequeñas botellitas no me recuerda únicamente al lugar que he visitado, al verlas recuerdo los aromas, los paisajes, las risas, las fiestas, las lágrimas, los pensamientos, las personas que me acompañaban en aquel viaje o las que me han traído ese pedacito de playa. Son mucho más que pequeños frascos de arena y concha…son pedazos de vida.

“No podrás descubrir nuevos océanos si no tienes el coraje de perder de vista la costa.

Leo P

Para mi patrimonio es el olor a pan tostado cada domingo por la mañana, nada más despertar; porque eso significaba que mi abuela se había despertado de buen humor un día más. Lo considero patrimonio porque creo que es uno de los olores más sinceros, alegres y bonitos que he respirado, y que cada vez que lo vuelvo a oler, recuerdo cada mañana con ella.

Sara P

Mi peluche “pinkie” le considero patrimonio, porque, aunque tenga muchos más peluches de cuando era pequeña, ese en particular es especial para mí, ya que cuando era pequeña (3 años más o menos) tenía otro peluche el cual perdí y me puse muy triste por ello (según mis padres), y ellos para no verme así compraron otro peluche, un osito rosa, el cual yo recuerdo perfectamente el día en el que me le dieron, aunque fuera tan pequeña, y mes gustó tanto que no me despegué de él nunca.

Hoy en día le sigo teniendo conmigo, y mi objetivo es guardarle toda mi vida junto a mí, enseñársele a mis hijos, que sea suyo cuando estos sean pequeños, a mis futuros nietos, etc. Para la gente puede resultar un simple peluche viejo, con cosidos por alguna extremidad del osito, pero para mí simboliza mi infancia, me recuerda a ese día en el que mis padres me le regalaron porque no querían verme triste.

Una anécdota que tengo con este peluche, y que demuestra hasta qué punto era especial para mí, y lo sigue siendo, es que cuando yo tenía, aproximadamente, 7 años, perdí por el portal del edificio donde vivo a “pinkie”. Mis padres, mi hermano y yo buscamos por todas partes y no le encontrábamos, me acuerdo que llore mucho por ello y a mis padres se les ocurrió una idea: imprimir una foto del peluche, con un “se busca”en grande y nuestro piso. Lo pegamos por todo el portal, todos los pisos, etc. Hasta que apareció, lo tenía un vecino.

Me alegre muchísimo por ello, no le solté en una semana, incluso mi madre me dice que le quería llevar al colegio conmigo.