María A.
Un plato de bacalao, y en especial en el momento de cocinar el de la foto, hace que mi piel se erice. Una persona muy especial en mi vida prometió comer este plato el mismo día que el destino le hizo ingresar en el hospital. Él me lo estaba cocinando con todo el amor, pero no pudimos llegar a probarlo. Estaba muy enfermo y ni siquiera él lo sabía.
Después de una semana ingresado, le subieron a la UCI y sus últimas palabras para mi fueron estas “Tranquila, que en cuanto salga lo comemos”. Lo tengo grabado a fuego, no hubo salida.
Allí donde estés, espérame, sé que algún día lo comeremos juntos, te quiero Lolo.