Cristina
Hace poco me enteré de que un patrimonio también podía ser una persona, y en ese momento solo pensé en ella. Mi abuela, mi madre y mi amiga. ¿Algún patrimonio mejor que tener a alguien así?
Ella ahora es la estrella qué más brilla en el cielo. Y sí, la echo de menos, tanto, que a veces no se puede explicar con palabras. Tengo millones de recuerdos que no olvidaré, cómo el sabor de sus croquetas o sus arruguillas en el cuello, que me encantaba decirla que la había salido una más y eso que solo tenía 67 años cuando se fue.
Ella, la que me había cuidado desde que nací, la que compartió conmigo 21 años, los mejores de mi vida sin duda, ella que estaba dispuesta a acogerme cada vez que me iba de casa porque me enfadaba con mis padres, aquella que me animaba y me quería TODOS los días sin pedir nada a cambio.
GRACIAS ABUELA, te quiero y te echo de menos.