Carmen

Hace unos años nos topamos con lo peor que nos hemos topado en la vida, una pequeña bruja que se apoderó de la persona que más brillaba, y que poco a poco iba a ir apagándola, a ella, a su energía y a su alegría infinita.

Tras la lucha de la persona más fuerte y valiente que he conocido y de la familia más maravillosa que se podría tener, llegó el peor momento, aquella bruja te venció, nos venció a todos, al menos nos dejó despedirnos por un momento de ti, aunque en realidad, nunca te has marchado del todo, y nunca lo harás, sé que nos cuidas cada día desde ahí arriba y que nos trasmites esa energía y esa alegría de la que tanto hablo y que nunca se va a acabar.

Qué vacío tan grande es el que nos dejas, un vacío que tenemos que intentar suplir con todos los recuerdos que has compartido con nosotros. La vida sigue un poco más triste desde que no te abrazamos, pero sonreímos, porque a ti y a tu sonrisa os gustaría que lo hiciéramos.

Gracias por haberme cuidado como una madre, por habernos cuidado a todos, por haber creado esa familia tan maravillosa que has formado, de la que no puedo estar más orgullosa de ser parte de ella.