Marta

Este chalet se llama “El ancla” y se encuentra en Los Molinos, en la Sierra de Guadarrama. Este lugar tiene un significado muy importante para mí: empecé yendo con catorce años en verano, de pre-monitora en el campamento que ahí se desarrollaba. Era la primera vez que iba, me gustó mucho y decidí volver. Al año siguiente sentí que era un campamento especial, no era como cualquier otro.

Allí se cambiaban vidas. Venían niños necesitados, con problemas, huérfanos… y todos ellos, pese a sus dificultades, no dejaban de sonreír y de dar gracias a Dios por todo lo bueno que aún conservaban y se les daba. Desde ese momento supe valorar mejor la vida y aprendí muchas cosas de ellos.

Por ello, me gusta ir mucho a este lugar, para reflexionar y también para dar la felicidad a estos niños y a la vez recibirla de ellos. Ahora entenderéis por qué me gusta tanto el ancla y es que me recuerda mucho a este campamento al que sigo asistiendo.