Laura

Tomé esta foto de mi abuelo en uno de los innumerables paseos que doy con él por los campos segovianos. Me evoca tantos sentimientos y tantas sensaciones que lo considero parte de mi patrimonio personal. Porque mi abuelo es un rey, el rey de su propio mundo: el Rey del Páramo que lo vio nacer y crecer, y que le verá morir. Te quiero mucho, abuelo.

Campos dorados y montes muertos.
Legado de hombres de otros tiempos.
Rey del Páramo,
rey eterno.

Sus manos rotas sujetan callados secos;
sus viejas botas recorren dulces recuerdos.
Rey del Páramo,
rey del viento.

Surcos antiguos cubren su historia;
hilos de plata abrigan su memoria.
Rey del Páramo,
intrahistoria.

Pezuñas y lana,
balidos y miedo,
infancia borrada,
trabajo severo.

Rey del Páramo,
rey obrero.
Alma joven en roble hueco.
Sabiduría viva resiste al tiempo.
Rey del Páramo,
rey abuelo.

Te quiero.