María SF
La razón por la que he elegido este objeto, un llavero, el cual llevo puesto en als llaves de mi casa, me identifica y recuerda a mi vida hace 15 años aproximadamente.
Cuando mi madre un día, con 3 años decidió apuntarme a ballet, y yo no quería ir, decía que era un auténtico royo, y al final resulto que el ballet es y será mi vida, hasta el final.
Me explico, tras un pasado complicado, donde ninguno de mis años escolares era bueno, ni a nivel personal ni a nivel académico, el ballet me hacía reflotar de entre los años y días de soledad en el colegio, también en cierto modo en casa.
A pesar de que el primer curso yo no quería acudir a las clases de ballet y pese a la insistencia de mi madre, a día de hoy tengo que agradecerle todo lo que el ballet me ha aportado y significa para mí.
He estado realizando clases de ballet durante 15 años, era lo único que me hacía feliz, lo único que me hacía volar, y ser yo mismo. Con lo único con lo que me identificaba.
Un día mi profesora, tras ver que no me quería ir a casa, que iba antes a los entrenamientos/clases solo por el hecho de sentir más horas el ballet a mi lado, y del igual modo, pasada las horas de clase, yo me quedaba. Mi profesora decidió proponerme acudir a una interpretación del mejor ballet a nivel mundial. Ballet ruso. La acompañe, fui con ella y es el espectáculo más bonito que he visto y creo que será insuperable. Lo sentí, sentí como estaba dentro de mí, como yo era el ballet. Me plante a mi profesora y le dije, quiero ser bailarina, quiero volar, quiero sentir lo que he sentido esta noche todos los días el resto de mi vida.
Y mi profesora, me regalo este llavero esa misma noche, diciéndome que ella me prepararía para presentarme a las pruebas que se convocaban justo dentro de un año para entrar en la escuela de ballet profesional. Asique tenía un año para convertirme en la mejor bailarina de ballet clásico.
Pasado un curso duro de entrenamientos, y tampoco fue fácil a nivel personal, ya que las horas en el colegio era como estar metida en una cárcel. Lo conseguí, llegue a la última semana de preparación antes de la prueba.
Recuerdo como viví esa semana, intensa, concentrada, sin hacer otra cosa que no fuese pesar en lo que el futuro me deparaba, pero una tarde, decidí salir a correr un poco ya que me ayudaba a relajarme y a tonificar mi musculatura para estar preparada para la prueba. Y ahí se terminó todo. Me lesioné, me hice un esguince de grado 3 en la rodilla y desapareció mi sueño, con él.
Ha día de hoy, me estoy formando como atleta y corro y entreno todos los días. El correr me lo quito todo, y ahora me lo da todo.
Pero el ballet, siempre será parte de mí, y siempre estará conmigo.