Rocío

Al ver esta pulsera podrías pensar que es un simple objeto sin valor, pero no. Para mí no. Este es el bien más preciado de mi patrimonio personal, ya que la llevo siempre conmigo cuando tengo que hacer frente a una situación que me resulta complicada, de manera que me aporta fuerza, seguridad y confianza… ¿qué más se puede pedir?

Para comprender su importancia hay que viajar 32 años atrás, el momento en el que mi madre tenía que realizar la Selectividad. Ese día fue muy importante para ella, ya que quería conseguir entrar en la carrera de sus sueños, por lo que estaba muy nerviosa. Entonces mi abuela le regaló una pulsera, una simple pulsera, para que le diera suerte y se sintiera segura.

Desde aquel instante mi madre la conservó muy bien y, según me ha contado, no se separaba de ella. Pasaron los años y se volvió a repetir la situación, pero esta vez yo era la protagonista. Mi madre me regaló su valiosa pulsera, para que me aportara todas las sensaciones que ella había recibido hasta ese momento, un detalle que nunca se me olvidará.

A partir de aquel regalo, tengo en mis manos una especie de amuleto de la suerte, que me acompaña en exámenes, exposiciones o actuaciones que son muy importantes para mí. Aunque estos momentos me produzcan nervios o inseguridad, miro la pulsera y tengo la sensación de que todo va a ir bien, por lo que tiene una gran importancia. Además, es una pulsera que en cierto modo me une a mi abuela, ya que fue la que la compró con ilusión, y a mi madre, ya que para ella ha tenido el mismo significado que lo tiene para mí ahora.

Por ello, espero que en un futuro, si tengo hijos, se la pueda regalar para que la historia se repita.