Un recuerdo y una colección de momentos

Ahora mismo, este anillo y esta pulsera son mis dos bienes patrimoniales personales más preciados. Los guardo, cuido y conservo con especial cariño, ya que tienen un valor especial para mi. El vínculo que establezco con dichos bienes, en el caso del anillo hace referencia al fallecimiento de mi abuelo materno. Tras esto mi madre heredó un sello de oro de él y lo fundió para así crear este nuevo anillo y llevarle con nosotras siempre. Mientras que en el caso de la pulsera, es importante para mi porque fue un regalo de mis padres tras graduarme en 2º de bachillerato, una de las etapas más difíciles e importantes para mi. Y cada colgante que lleva la pulsera me transporta a un momento especial para mi, o tiene un significado en particular. En caso de que perdiera cualquiera de los dos, sería como si me hubiesen quitado una parte de mi. Es cierto que me gustaría que ambos objetos en el futuro fueran pasando de generación en generación sin perder el significado y vínculo de ellos.

El corcho

El corcho de mi habitación, ahora mismo el mi bien patrimonial más valioso para mí. A primera vista solo parece un simple corcho, que en si en valor monetario es nulo. Pero tiene un valor sentimental altísimo, es mi «altar» particular, donde guardo todos los recuerdos de viajes, fiestas, festivales, conciertos y regalos de mis amigos y familia. También hay en él, fotos de las personas más importantes de mi vida, vivencias y mis dos guitarras que tanto esfuerzo me costó conseguir. En un futuro, este corcho está en casa de mis padres porque yo vivo allí, pero ira conmigo el día que me independice y seguiré añadiéndole cosas, o como dice mi madre, «comparte otro, porque al final tiras la pared».