Compañero de vida

Mi patrimonio personal es mi gato ya que, para mí, es alguien muy especial. Mi abuelo, que ya no está conmigo, lo rescato de la calle cuando tenía tan solo unos días y desde aquel día forma parte de mi vida, y de la de mi familia. La historia con este gato no termina ahí, sino que ha estado presente en uno de los momentos más difíciles de mi vida, cuando pasé por una operación que aparentemente era sencilla, y que después se complicó. Él estuvo durante toda mi recuperación y me ayudo a no sentirme sola cuando mi familia trabajaba o no podía estar conmigo. Es un gato muy asustadizo pero a la vez muy cariñoso con la gente que conoce, lo cual de alguna forma, también me recuerda a mí.