Memorias
Mi patrimonio a día de hoy se podría reducir a un pequeño rincón en la estantería de mi habitación. En él, guardo diversas libretas y cuadernos que tienen mucho valor sentimental para mí, no solo por los lugares y los momentos en los que las compré sino también por su contenido. En sus páginas escribo cuando estoy feliz, cuando estoy triste, cuando hay algo que me inquieta,… Es una manera de hablar con uno mismo para conocerme mejor, ayudarme a organizar mejor las ideas y plantear problemas o situaciones desde otra perspectiva. Es algo así como plasmar mi mente completa en el papel para poder entenderla y, a su vez, quizás solucionar cosas que ocupaban demasiado espacio en ella para dejar sitio a otras. Además, tenerlo escrito me permite volver a ello siempre que quiera, volver a mi yo de hace dos años y revivir esos recuerdos. Entendemos patrimonio como un conjunto de bienes propios de una persona y ¿qué hay más propio que uno mismo?