Buen camino

Con esta imagen quiero representar una etapa de mi vida que viví un verano hace unos años. Mi imagen iba a ser una pulsera que aún me dura que me compré una vez finalizado el camino, allí en Santiago, pero esta algo vieja y al no entenderse lo que pone, os pongo esta otra, el famoso «mojón» del camino, el que veías a lo largo de cada etapa que te indicaba cuanto te quedaba y, si, al principio veías 200 km y no ayudaba mucho, pero cuando ves 10 o incluso 5km, la sonrisa es automática. Os cuento mi experiencia: El camino de Santiago es un momento único que debería vivir y tener como experiencia todo el mundo, al menos desde mi punto de vista. Hace unos veranos, con un grupo de la iglesia, mis amigos y yo realizamos desde Asturias este camino. Yo, sinceramente soy una persona perezosa y que no tenía buenas expectativas de esta «aventura» que iba a marcarme toda mi vida. El despertarse a las seis de la mañana, a las 6:30 comenzar la etapa cada día era horrible, pero sinceramente es un momento de mi vida que me marcó. Fueras andando tu solo o acompañado, siempre había un rato del día que reflexionabas sobre algo (no tuvimos móvil durante todo el camino), comentabas lo bonito que eran las vistas, el paisaje con tus amigos, las ganas de llegar que tenías… El apoyo de tus amigos, la ayuda de la gente que conocías durante las etapas, o las risas y recuerdos al acabar cada día, sin duda eran la fuerza que te ayudaba el día siguiente a «volver a empezar», porque sí, cada día era un nuevo comienzo, una nueva experiencia, un nuevo reto al que enfrentarse. Sin duda alguna es algo que recomiendo y por supuesto que volveré a ese conocido Camino de Santiago.