ESTAMPA DE SAN JOSÉ DE LA MONTAÑA

Esta estampa de San José de la Montaña es mi patrimonio personal más preciado. San José de la Montaña era el Santo favorito de mi bisabuela, por eso mi abuelo se llama Jose. Su sueño siempre fue poder ir a Barcelona al Real Santuario de San José de la Montaña para verlo en persona. Desgraciadamente, nunca se cumplió. Esta estampa se la regaló mi bisabuela a mi padre cuando él tenía 15 años para que le diera suerte. A pesar de que mi padre no creía en estas cosas, la llevó siempre de joven a exámenes y a momentos importantes como amuleto. Según se fue haciendo mayor, decidió llevarla siempre consigo en la cartera. Cuando mi bisabuela falleció en el 2017, mi padre decidió regalarme esta estampa que tantos años le había acompañado tanto en momentos malos como buenos. A día de hoy, la tengo siempre al lado de mi cama como símbolo de protección y si hay algún evento importante o estoy pasando por una etapa dura la llevo siempre conmigo.

Acueducto de Segovia

Por la impresionante estructura del monumento y porque nos recuerda lo que la cultura romana significa en nuestras actuales vida

Colección de cosas pequeñitas

Siento un apego irremediable por las cosas pequeñitas, que no tienen utilidad, que no tienen lugar. Les he encontrado un lugar, un altar, un marco donde pueden estar.

El patrimonio que me dejaste

Mi patrimonio son unas gafas de sol con su historia. Esto tiene un valor sentimental más que material, pues no son una herencia como tal, pero si fueron adquiridas como recuerdo. Estas gafas pertenecieron a mi tía, la cual falleció en el 2015. En aquella época yo tenía 16 años y ella para mi era como una segunda madre. Siempre que los sábados mi hermano y yo íbamos a tomar el aperitivo con ella y yo se las pedía. También, bromeaba diciéndole que se las iba a robar. Tras su fallecimiento, mis padres me las regalaron por mi cumpleaños. Actualmente, no son unas gafas que me ponga cuando hace sol, pero siempre las tengo en mi habitación expuestas en una balda, al lado de un cuadro con el London Eye, creando un recuerdo especial de ella.

CONECTADOS

El collar que llevo puesto, ahora mismo es mi patrimonio personal más preciado. Lo conservo desde que mi abuela me lo regaló, y desde ese momento lo guardo y lo cuido con especial cariño, ya que me recuerda a mi abuela y tiene un valor muy especial para mí. Este collar lo tiene igual mi hermana porque mi abuela nos lo regaló a las dos antes de que ella muriera. Cada aro que lleva este collar tienen un significado, el aro grande representa a mi hermana mayor y el pequeño me representa a mí, ambos están entrelazados, esta unión nos representa a la perfección. Por eso este vínculo no solo hace referencia al cariño que tenía a mi abuela, y a su fallecimiento, sino también representa el amor que tenemos mi hermana y yo. Si alguna vez este collar se rompe o se pierde, seria como si me hubieran quitado una parte de mí, ya que este collar me ayuda a “conectar” con mi abuela y a la vez con mi hermana, que hoy en día está viviendo fuera.

VIDA

Mi patrimonio es la música, esa banda sonora que te ayuda en los momentos más difíciles y también en los más felices. La música es libertad, con la que expresamos nuestros sentimientos, conectamos con los demás y nos define. Para mi, cada concierto es una celebración de la vida, un momento único de felicidad, de disfrute y de olvidar todos los problemas que nos rodean, de sentirnos libres y vivos, con esa sensación que se produce desde el comprar la entrada y la magia del antes, durante y el después de estos. ¡Es indescriptible! Todos los conciertos a los que he asistido y asistiré quedarán grabados en mi memoria, es una cosa que nunca olvidaré y permanecerá siempre ahí con el paso de los años, esos recuerdos de cómo fue, con quien fui, recordar minuto a minuto, esas primeras filas…, supongo que es el poder de la música.

Recuerdos

Mi objeto de Patrimonio es este llavero. Este llavero me lo regalaron hace muchos años y para mi tiene un gran valor sentimental ya que tiene el logo que representa a mi antiguo colegio en el que pasé quince años de mi vida, desde los tres hasta los dieciocho. Para mí representa una parte importante de mi vida y de mis experiencias vitales. Aquellas que nos configuran como personas. Allí conocí a mis primeros amigos, supe lo que era la amistad y la traición. Allí aprendí a saber cómo funcionaba el mundo, hice mi primera salida fuera de España. Me sentía apreciada y era como un segundo hogar. Siempre será parte de mis recuerdos más preciados y de mí misma.

Caracolillo fósil

Este pequeño caracol es un fósil que encontré en mi pueblo, a demás de ser muy difícil de encontrar, es especial para mi por el lugar donde lo encontré, que es mi sitio favorito. Es un sabinar que parece sacado de un cuento, y escondido entre el mar de sabinas se encuentra un pequeño riscal cubriendo el suelo entre las sabinas, que es donde encontré el caracolillo exactamente y es un sitio verdaderamente mágico para mi.

Los leones

La mayoría de la gente dispone de una segunda residencia, en un pueblo, en otra ciudad, en la costa, en la montaña… Además, muchas veces esta casa es de sus abuelos o de su familia. En mi caso, mi segunda residencia es de mis abuelos y se encuentra en la urbanización el Montico, que pertenece a la población de Tordesillas. Mi casa es el legado de mis abuelos, ya que pusieron todo su empeño y dinero para crear la casa en la cual disfruto todos los veranos. Lo más importante que tengo en mi casa son las columnas que rodean tanto el patio de arriba como la piscina de la parte de abajo. Estas columnas formaron parte del antiguo patio y claustro de arriba del antiguo correros de Salamanca. Mi abuelo las compró ya que se estaba destruyendo y las colocó en mi casa. Desde siempre mi familia me ha enseñado cuidar a volar mi casa, ya que el mantenimiento de ella es muy largo y costoso. Nosotros hemos sido los que hemos cortado el césped, rastrillamos, podamos, cuidamos la piscina… y desde pequeña yo he ayudado a mis padres que cuidar mi chalet que se vea como el primer día. A pesar de tener más de cuarenta años intentamos que todo funcione lo mejor que se pueda, pero sé que llegará un momento de que mi casa se quedará obsoleta por los materiales utilizamos en aquella época. Para mí, mi casa es mi lugar favorito en el mundo. Cuando tengo un mal día o estoy en una mala racha, intento ir al Montico porque me trasmite mucha paz y tranquilidad. Siento que si estoy ahí no me va a pasar nada malo. Espero poder mantener mi patrimonio por muchos años para que mis hijos disfruten de ella tanto como yo he disfrutado y cuidado de ella.

MIS RECUERDOS

Mis recuerdos son el bien patrimonial más valioso para mí, al final, aunque tengas un objeto importante lo que siempre (generalmente) vas a conservar son los recuerdos. Recuerdos que no volverán que son imposibles de envolver, pero posibles de compartir siempre que quiera y con ellos muchas emociones vividas y sentidas actualmente como el miedo, el miedo de no volver a vivirlos, de echarlos de menos, de sentir otra vez lo que sentí… Momentos, vivencias, experiencias, personas… La vida va tan deprisa que casi no tenemos tiempo de aprovecharla, tiempo que a veces ojalá se detuviera un segundo para poder mirarnos y asimilar todo lo que nos está pasando. Cómo van cambiando las cosas poco a poco o tan rápido que ya no te da tiempo a hacer algo que estabas pensando o deseando hacer… Al final siempre viviremos de recuerdos.

Broche y vida

Actualmente este broche es mi bien patrimonial más importante que conservo. El vínculo que establezco con él es de herencia por parte de mi familia materna. Es un broche que significa mucho tanto para mí como para mi madre, ya que es un objeto que la regaló mi abuela el día de su boda para que lo llevara y continuara con la tradición familiar, pues mi abuela en la suya también lo llevó. El año pasado mi madre me lo dio y me explicó su significado y lo importante que sería para ella que yo lo llevara conmigo en caso de que dicho acontecimiento sucediera a lo largo de mi vida.