CERDITO
El patrimonio personal que he escogido es este peluche rosa, Cerdito. Me encantan los peluches, dormir abrazada a ellos ya sean gigantes o pequeños. Me siento más protegida y sobre todo me siento acompañada. Cuando era pequeña dormía con mis hermanas en la misma habitación, pero yo me escondía debajo de las sábanas a conversar y jugar con mis peluches. Cerdito es el más especial, y al que más cariño tengo sin ninguna duda. Me lo regaló mi padre cuando era pequeña, una vez que tuvo que hacer un viaje de trabajo. Me preguntó que si quería algo de recuerdo de aquella ciudad, y yo, sin saber que era un «souvenir» le dije: un conejo rosa. ¿Dónde iba a encontrar mi padre un conejo rosa? Al pasar unos días llegó de viaje y me regaló ese cerdito rosa. También llegó con otros 2 peluches de animales para mis hermanas. Desde ese momento esos 3 peluches nunca faltan encima de nuestras camas. Para mí, Cerdito lleva siendo mi mejor compañero y confidente desde hace más de 15 años. Muchas veces pienso que, si me mudo, si mi casa sufre un incendio, o si entran a robar; lo primero que salvaría es a Cerdito. Parecerá una tontería, pero es increíble como un peluche, sin tener vida, sin poder hablar, solo pudiendo “escuchar”, puede dar más compañía que las personas de nuestro alrededor.