UN MINUTO MÁS

A primera vista, puede parecer un simple reloj, sin embargo, es mucha la historia que esconde. Antes de nacer yo, mi abuela estaba muy enferma, y temorosa de no poder conocer a sus nietos, animó a mi madre para darla esa alegría. Así fue como nací yo. Estaba todo en el aire puesto que dudaban que mi abuela pudiera cumplir su sueño debido a su enfermedad. En cambio, en cuanto le dieron la noticia de que iba a tener una nieta, se obró el milagro y logró resistir hasta un año después de mi nacimiento, por lo que sí, cumplió su sueño de conocerme. Lamentablemente poco después tuvo que someterse a una importante operación de la que no salió, pero antes de entrar a quirófano la dejó a mi madre este reloj que vemos en la imagen para que me lo diera a mí cuando yo cumpliera 18 años, y así fue. A pesar de que ya no esté con nosotros, siento que un pedacito de ella me acompaña siempre.