Mi suerte
Mi pulsera de siete nudos, mi suerte. Detrás de una simple pulsera sin mucho valor monetario se encuentra mi casa, mis raíces. Esta pulsera me la regaló mi yaya el día que me confirmaron que me iba a estudiar a Valladolid, lejos de mi casa. Cada vez que la miro te veo detrás de ella, y a papa, y a mamá y a la tata. Quizás gracias a su aura protectora y de buena suerte me esté yendo bien, aunque no voy a mentir, hay veces que me gustaría estar un poquito más cerca de vosotros y contaros a la hora de comer mi día. Cada nudo es algo especial, como tú me dijiste, y tengo que procurar que no se me deshaga ninguno. Nadie dijo que fuera fácil irse de casa, no es sencillo echar en falta a tus personas favoritas alegrándote los días, sin embargo, si algo me has demostrado, yaya, es que la vida son experiencias, y hay que luchar por conseguirlas, asique aquí estoy, intentando cumplir mi sueño de ser profesora, y el tuyo también, aunque tú no hayas tenido tanta suerte. Os hecho de menos, sí, pero los rencuentros son mis momentos favoritos del mundo.