Objetos del recuerdo

Una caracola. Para muchos esta imagen puede ser eso, una simple caracola, sin embargo, para mí va mucho más allá de algo que puedas encontrar entre la arena. Toda mi vida la he encontrado en un mismo lugar, en la casa de mi bisabuela o en mi caso, considerada abuela. Siempre se ha encontrado en la entrada de su casa, recibiéndonos cuando íbamos a verla. Nos daba la bienvenida y nos hacía ver que nos encontrábamos en nuestro hogar, a salvo y con ella. Hace unos años esta caracola cambió de lugar, de región y de casa. A día de hoy se encuentra en mi vivienda, aunque su figura nos permite seguir recordando y añorando todo el amor y cariño que recibí en aquella casa en la que se encontraba. Recuerda todas las miradas, las caricias, la paciencia y el amor que recibí de mi abuela durante toda mi infancia, así como esa felicidad experimentada al saber que pasaríamos el verano con ella. Las personas en algunos momentos desaparecen de nuestras vidas, van y vienen pero siempre encontrarán un especial hueco en nuestro corazón y memoria. Los objetos únicamente nos recuerdan que el amor y las miradas de quienes queremos siguen ahí con nosotros.