Mi primer reloj
El reloj que podéis ver en la imagen constituye uno de los elementos de mi patrimonio personal que más aprecio. No lo es tanto por el valor que el objeto tiene (o tuvo en el día de su adquisición) en sí mismo, sino por el significado que guarda para mí ya que se trata del primer reloj que recibí en mi vida de manos de una de las personas que más aprecio: mi abuelo materno. Tendría por entonces unos cuatro o cinco años y, sin motivo aparente puesto que no era Navidad ni mi cumpleaños, apareció un día en nuestra casa con este reloj. Así era él… Toda espontaneidad… Seguramente sabía de los problemillas que tenía por aquel entonces para entender las horas y que tenía muchas ganas de emular a los “niños grandes” que siempre llevaban relojes en sus muñecas y quiso echarme una mano… Así, este reloj representa el primero de los muchos gestos de complicidad que tuvo mi abuelo conmigo a lo largo de su vida. Aún me lo pongo con motivo de las reuniones familiares (aunque la correa me queda ya muy justa) para, de alguna forma, seguir haciéndole partícipe a él también de las mismas y recordar su personalidad y los buenos momentos que pasamos juntos.