SIGMA y la independencia femenina

La máquina de coser de mi madre fue un medio de independencia económica y de sueños; con ella creo un mundo lleno de telas florales, lentejuelas y canutillos, sinfonías nocturnas para cumplir los pedidos de último momento, no solo en sus años mozos, sino en medio de las penurias para sacar adelante a sus cuatro hijos. En ella no solo realizó la ropa de la familia cuando éramos niños, sino arreglos y demás costuras para los vecinos, lo que le permitía ganar algo de dinero y no depender enteramente de su esposo. La compro en los años 60 con su primer sueldo, después de dejar su vida campesina, convirtiéndose en su compañera fiel hasta hoy; pues a pesar de heredarla a sus hijas, quienes aprendimos a coser en la misma, la SIGMA se mantiene en un espacio especial de la casa, para ser utilizada por las mujeres de la familia incluyendo a su vieja dueña, quien a pesar de su dificultad para enhebrar la mantiene a punto para cualquier nueva creación.