Capturando Herencias: Una cámara analógica y la narrativa visual de mi familia.
En mi colección de objetos significativos destaca una joya que trasciende el tiempo: una cámara analógica rusa que data de la década de los 90, legado inestimable de mi abuelo. Por desgracia no puedo adjuntar ninguna fotografía porque todas se encuentran en Uruguay, mi país de origen. Este dispositivo no es simplemente una reliquia, sino un vínculo tangible con mi pasado, una herencia que ha despertado en mí la curiosidad hacia la fotografía analógica y el aprecio de mi patrimonio personal. Esta cámara, que capturó los momentos más preciados de la vida de mi familia paterna, la cual después pasó a las manos de mi tía, quien siguió tejiendo la historia familiar. Ahora, en mi posesión, la considero no solo como una herramienta para capturar imágenes, sino como un testamento visual que encierra la esencia misma de quienes nos precedieron. Pero con una visión futurista, cada clic agrega una nueva página a mi álbum familiar y estas fotografías, impregnadas de experiencias personales y familiares, se convertirán en los futuros recuerdos que contribuirán al patrimonio colectivo y, al mismo tiempo, formarán parte de mi legado personal. Es decir, esta simple cámara analógica no es solo un artefacto que representa el pasado, sino una herramienta activa para la creación de recuerdos futuros. En cada fotografía, voy ha escribir la historia de mi vida, una imagen a la vez, y contribuyendo al tejido de patrimonio que unirá a las siguientes generaciones.