
Mi patrimonio desde la Infancia
Arnold es un niño con cabeza de balón que tiene como una de sus principales virtudes ver siempre el lado positivo de las cosas. Además, siempre esta presto a ayudar a las demás personas. Desde muy niño aprendí a valorar y a reconocer siempre estas cualidades en él. De hecho, estos son dos aspectos que siempre he admirado en las personas. Por muchos años ansié poseer un peluche que materialice a aquel niño con cabeza de balón. Cuando este peluche llega a mi vida, se dio de manera casual y desde entonces tiene un gran valor simbólico en mi vida considerándolo como mi patrimonio personal. Tanta es la admiración y gusto por este personaje que incluso tengo un tatuaje de él.