Mi biblioteca
Es una costumbre que heredé de mi madre, desde bien pequeña ella me decía “los libros nunca se tiran”. Así que poco a poco junto con ella fui formando mi biblioteca. Mi colección comienza desde preescolar con libros llenos de colorido perfectamente conservados y archivados en cajas herméticas. Este fondo hace un recorrido por todas mis etapas: la iniciación a la lectura, la novela detectivesca, la narración retrospectiva en la adolescencia, los querídisimos libros de arte e historia y una pequeña compilación de exquisitas ilustraciones plasmadas en cuentos. Conservo también de mi familia esa extraña rareza por clasificar los libros, datarlos e identificar el modo de adquisición. Asimismo, heredé ese desinterés por fiarlos. Sin duda, la colección es cosecha de largos años, pero el protocolo de selección y mantenimiento viene de más atrás, de mis antepasados.