Todo ocurrió un lunes de Febrero del año 2018. Mi amiga ansiosa escribiéndome, anunciándome que algunos de nuestros ídolos; a los que habíamos conocido hace apenas tres meses y llevábamos varias semanas siguiéndolos a través de la televisión y las redes sociales, irían a nuestra ciudad a firmar discos el sábado siguiente. Los nervios y la emoción corrían por mis venas y, por supuesto, decidimos ir.

Sábado: madrugar, coger el bus, correr por la tienda para comprar el disco, esperar la cola de tres horas, mezcla de emociones, firmar, foto y. . . SUEÑO CUMPLIDO.

Todo ocurrió en apenas un minuto. Pero fue un minuto mágico e inolvidable. Sin duda alguna. Feliz y emocionada pero sobre todo, afortunada. Creo que es así como uno se siente cuando logra hacer algo que realmente desea y sabe que otros igual no han podido hacerlo. Fue un día especial en la mejor compañía que nunca olvidaré.